Psiquiatra

PARA INFORMACION SOBRE ENFERMEDADES CONSULTAS Y DEBATE SOBRE TRATAMIENTOS DE ENFERMEDADES MENTALES O DE LA CONDICTA

Tuesday, May 29, 2007

BELLEZA Y PSICOPATOLOGIA

Hoy a la luz de las noticias se reafirma el concepto de psicopatología asociada a la belleza donde la carencia de atractivo físico y la distorsión de la imagen corporal se constituyen en factores de riesgo. El concepto de imagen corporal es un cimiento teórico bastante utilizado en el ámbito de las ciencias cognitivas. Es decisivo para revelar aspectos importantes de los llamados autoesquemas o para explicar la psicopatología de, por ejemplo, los trastornos de la conducta alimentaria. La representación mental o idea subjetiva que cada persona tiene de su cuerpo o imagen corporal, contribuye al fortalecimiento de imaginarios, emociones, habilidades sociales y competencias dentro del ámbito social y personal. Se puede afirmar que la imagen corporal es una experiencia psicológica multidimensional que influye profundamente en la calidad de vida de las personas.El esquema corporal negativo tiene un papel preponderante en el desarrollo y mantenimiento de los trastornos de la imagen corporal; porque el mismo determina lo que conocemos, entendemos y recordamos de nuestras experiencias relacionadas con la belleza. La imagen corporal que cada persona tiene de sí misma, es una experiencia subjetiva, y no siempre existe una correlación con la realidad e influye decididamente en los comportamientos. Una imagen corporal negativa genera trastornos psicológicos y del comportamiento que podrían ser determinantes de lo que hacemos y decidimos con nuestro cuerpo.
En los trastornos de la conducta alimentaria, la insatisfacción corporal y la distorsión perceptiva del tamaño corporal se consideran pilares para el diagnóstico y seguimiento de las pacientes. En la anorexia nervosa, la persona no ingiere más que cantidades mínimas de alimentos, de modo que su peso corporal se reduce a veces con grandes riesgos para la salud. En la bulimia nervosa, se presentan episodios alimentarios desenfrenados, o comilonas que van seguidas de vómito auto inducido, consumo excesivo de laxantes u otras tentativas de eliminación de lo ingerido.

En el trastorno dismórfico corporal, la autoimagen se ve amenazada por la insatisfacción relacionada con algún aspecto de la apariencia física y la preocupación provoca malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo. Cuando hay leves anomalías físicas, la preocupación del individuo es excesiva. Muchas personas sienten vergüenza de admitir que desean modificar alguna zona de su cuerpo; además no asocian su trastorno a una alteración mental sino a un defecto físico que se modificaría en un quirófano o en un centro de estética más que en una consulta psiquiátrica o psicológica. Desgraciadamente, los resultados de los tratamientos realizados no mejoran la imagen distorsionada que la persona tiene de sí misma.

En la Dismorfia muscular o anorexia inversa las alteraciones relacionadas con la imagen corporal la sufren principalmente hombre quienes padecen de una alterada percepción de si mismos como débiles y enclenques que los conmina al uso indiscriminado de compuestos vitamínicos, aminoácidos, anabólicos, dieta rica en proteínas, baja en grasa y extenuantes horas en algún gimnasio.En el trastorno delirante de tipo somático es la idea delirante la que hace referencia a malformaciones o fealdad de alguna parte del cuerpo, en contra de lo observable. Estas personas acuden frecuentemente a las consultas de dermatología, cirugía estética y gimnasios y no consideran pertinente la ayuda psiquiátrica o psicológica.
Es importante preguntarse, entonces, hasta qué punto existe en el paciente una sana preocupación por la apariencia física y cuándo ésta se transforma en un trastorno mental. Para su abordaje es importante indagar acerca del tipo de pensamientos negativos o irracionales que se encuentran en estos individuos que buscan desesperadamente un alivio al desasosiego generado por la percepción que tienen de su figura y una solución milagrosa y tangible a lo que ellas consideran “desastroso”. Cuando a un aspecto al que se atribuye un valor desmesurado, por ejemplo la apariencia se convierte en algo demasiado importante, lo más probable es que eso los haga más susceptibles a situaciones y comentarios alrededor del aspecto físico; y el asunto complica mucho más la vida del individuo, si esta área de la estética condiciona el valor del “ser”. Por ejemplo una paciente ¿está pensando someterse a una cirugía plástica para mejorar un especto concreto de su anatomía, o para compensar una autoimagen negativa?

Sentirse a gusto con sí mismo empieza desde adentro (las propias cogniciones) significa desarrollar un poderoso sentido de la propia identidad, ampliar los aspectos que son importantes en la vida y mejoran su calidad, y valorar las expectativas frente a la belleza en forma realista. También representa valorar desde un punto de vista racional: las estrategias, el tiempo y esfuerzo dedicado a mejorar.

Wednesday, November 09, 2005

Depresión y melancolía
Como un separado del llamado trastorno depresivo mayor ha permanecido dentro de las clasificaciones el diagnóstico de depresión con características melancólicas. Para ello se requieren los criterios establecidos para el trastorno depresivo mayor y características adicionales que hacen referencia a una mayor severidad y endogenicidad (propio de lo interno y con pérdida de reactividad a estímulos antes llamativos). El concepto de endógeno y reactivo fue utilizado ampliamente hasta finales de los 70. y se buscaba diferenciar aquellos cuadros depresivos con poca participación de aspectos psicosociales, alteración marcada de pruebas biológicas y mayor respuesta a los antidepresivos (depresión endógena), de los que se presentaban en respuesta a situaciones psicosociales claramente determinadas, con pocas alteraciones en pruebas biológicas y de mayor respuesta a las psicoterapias (depresión reactiva). Otros síntomas que caracterizan este subtipo de depresión mayor son: empeoramiento matutino, insomnio temprano, marcado retardo o agitación psicomotora, anorexia significativa o disminución de peso (más del 5% del peso corporal en 1 mes y excesiva o inapropiada culpa).
En nuestra vida diaria normal experimentamos a menudo sensaciones de satisfacción que nos gratifican: ganar una contienda o un premio u obtener un trabajo, hecho que nos puede llevar en extremo a la “Euforia”. En lo contrario todo aquello que no hemos ganado, o hemos perdido en lo material o espiritual, nos hace experimentar la “Tristeza”, que en extremo, se transforma en profunda pena o “Melancolía”. Normalmente manejamos nuestras vidas, alrededor de estos “Estados de Humor”, y nuestro Cerebro descarga y controla, dentro de estos estados, secreciones hormonales e intermediarios químicos, que van a manejar nuestras reacciones o respuestas, físicas y mentales; Esto, nos permite, constantemente y de manera saludable, recuperarnos y equilibrarnos de nuevo. Los estados, que hacen que predomine en el tiempo la acción de ciertas sustancias constituyen los estados de Euforia o Melancolía, y nos están indicando iniciales de los trastornos del ánimo.
También algunas son Reacciones Transitorias Depresivas, que se suscitan en el duelo (pérdida de un ser querido), la pérdida del trabajo, la jubilación o retiro, ciertos aniversarios, las vacaciones, después del parto, antes de la menstruación, la emigración, la inmigración, entre otras. Pero cuando se trastoca el ánimo de manera seria y permanente, aparece la Enfermedad, cuando la tristeza o la euforia es demasiado intensa y supera el impacto normalmente esperado.
Tengamos presente, que por lo menos, 25% de las personas en el Mundo, presentan algún Trastorno del Humor, y este solamente es identificable, o por sus síntomas muy evidentes o por que el paciente reconoce y acepta su enfermedad, en sólo un 10%. Pero sólo algunos se enferman y otros no dado que existen factores de riesgo, como los genéticos en caso de trastornos hereditarios o predisponente como el ambiente emocional familiar adverso, el maltrato infantil de los padres o familiares, las drogas y el alcoholismo. El desenlace de una Depresión no tratada, o mal tratada, es inevitablemente el Suicidio.
Sin embargo los pacientes con melancolía responden bien a los antidepresivos y poco a los tratamientos psicosociales solos. El retardo psicomotor, la falta de reactividad afectiva y la anhedonia, son consideradas características que predicen una buena respuesta a los antidepresivos. Esto agregado a la rápida evolución de fármacos en los últimos diez años, donde han aparecido medicamentos cada vez más inocuos y seguros.


La melancolía es un tipo de depresión muy concreto. De todas las depresiones, entre el 20 y el 25 por ciento son melancólicas, siendo las épocas del otoño y de la primavera cuando las personas son más proclives a padecer esta enfermedad. Se define como una depresión clínica caracterizada por su gravedad y persistencia. A medida que el estado de ánimo empeora, aparecen más intentos de suicidio, trastornos del sueño y del apetito, cambios psicomotores que hacen que el enfermo actúe más lentamente o ideas delirantes de culpa o hipocondría.

Wednesday, October 12, 2005

Depresión y melancolía
Como un separado del llamado trastorno depresivo mayor ha permanecido dentro de las clasificaciones el diagnóstico de depresión con características melancólicas. Para ello se requieren los criterios establecidos para el trastorno depresivo mayor y características adicionales que hacen referencia a una mayor severidad y endogenicidad (propio de lo interno y con pérdida de reactividad a estímulos antes llamativos). El concepto de endógeno y reactivo fue utilizado ampliamente hasta finales de los 70. y se buscaba diferenciar aquellos cuadros depresivos con poca participación de aspectos psicosociales, alteración marcada de pruebas biológicas y mayor respuesta a los antidepresivos (depresión endógena), de los que se presentaban en respuesta a situaciones psicosociales claramente determinadas, con pocas alteraciones en pruebas biológicas y de mayor respuesta a las psicoterapias (depresión reactiva). Otros síntomas que caracterizan este subtipo de depresión mayor son: empeoramiento matutino, insomnio temprano, marcado retardo o agitación psicomotora, anorexia significativa o disminución de peso (más del 5% del peso corporal en 1 mes y excesiva o inapropiada culpa).
En nuestra vida diaria normal experimentamos a menudo sensaciones de satisfacción que nos gratifican: ganar una contienda o un premio u obtener un trabajo, hecho que nos puede llevar en extremo a la “Euforia”. En lo contrario todo aquello que no hemos ganado, o hemos perdido en lo material o espiritual, nos hace experimentar la “Tristeza”, que en extremo, se transforma en profunda pena o “Melancolía”. Normalmente manejamos nuestras vidas, alrededor de estos “Estados de Humor”, y nuestro Cerebro descarga y controla, dentro de estos estados, secreciones hormonales e intermediarios químicos, que van a manejar nuestras reacciones o respuestas, físicas y mentales; Esto, nos permite, constantemente y de manera saludable, recuperarnos y equilibrarnos de nuevo. Los estados, que hacen que predomine en el tiempo la acción de ciertas sustancias constituyen los estados de Euforia o Melancolía, y nos están indicando iniciales de los trastornos del ánimo.
También algunas son Reacciones Transitorias Depresivas, que se suscitan en el duelo (pérdida de un ser querido), la pérdida del trabajo, la jubilación o retiro, ciertos aniversarios, las vacaciones, después del parto, antes de la menstruación, la emigración, la inmigración, entre otras. Pero cuando se trastoca el ánimo de manera seria y permanente, aparece la Enfermedad, cuando la tristeza o la euforia es demasiado intensa y supera el impacto normalmente esperado.
Tengamos presente, que por lo menos, 25% de las personas en el Mundo, presentan algún Trastorno del Humor, y este solamente es identificable, o por sus síntomas muy evidentes o por que el paciente reconoce y acepta su enfermedad, en sólo un 10%. Pero sólo algunos se enferman y otros no dado que existen factores de riesgo, como los genéticos en caso de trastornos hereditarios o predisponente como el ambiente emocional familiar adverso, el maltrato infantil de los padres o familiares, las drogas y el alcoholismo. El desenlace de una Depresión no tratada, o mal tratada, es inevitablemente el Suicidio.
Sin embargo los pacientes con melancolía responden bien a los antidepresivos y poco a los tratamientos psicosociales solos. El retardo psicomotor, la falta de reactividad afectiva y la anhedonia, son consideradas características que predicen una buena respuesta a los antidepresivos. Esto agregado a la rápida evolución de fármacos en los últimos diez años, donde han aparecido medicamentos cada vez más inocuos y seguros.

La melancolía es un tipo de depresión muy concreto. De todas las depresiones, entre el 20 y el 25 por ciento son melancólicas, siendo las épocas del otoño y de la primavera cuando las personas son más proclives a padecer esta enfermedad. Se define como una depresión clínica caracterizada por su gravedad y persistencia. A medida que el estado de ánimo empeora, aparecen más intentos de suicidio, trastornos del sueño y del apetito, cambios psicomotores que hacen que el enfermo actúe más lentamente o ideas delirantes de culpa o hipocondría.

Tuesday, October 11, 2005

ESQUIZOFRENIA Y TRABAJO
En la Europa de la Edad Media se asociaba generalmente la esquizofrenia con causas sobrenaturales, actividad criminal o posesión satánica. En no pocos casos los enfermos afectados terminaban sus vidas en la hoguera. Había pocos lugares donde se les brindara cuidados, siendo pioneros en la construcción de estos lugares los monjes de la Orden de los Mercedarios de España. En el siglo XVII, esta situación cambió para empeorar. Los dementes eran alojados junto con los ladrones, las prostitutas y los mendigos en prisiones, encadenados, no recibían tratamiento médico alguno y hasta se organizaban visitas para que los dementes se transformaran en motivo de burla para la gente adinerada. A fines del siglo XVIII, influenciado por las ideas de libertad, igualdad y fraternidad, que iban a desencadenar la Revolución Francesa, el Dr. Phillipe Pinel hizo quitar las cadenas a los pacientes psiquiátricos de los dos hospitales de París: Bicêtre y Salpêtriere.
Por su parte William Tuke estableció en Inglaterra, el retiro de York a fin de proveer un lugar adecuado donde tratar a los pacientes de acuerdo con el movimiento de tratamiento moral donde se establecía para el enfermo mental un programa de actividades que incluía trabajo, educación, recreación y servicios religiosos. Pero, recién la segunda mitad del siglo XIX comenzó a gestarse sobre todo en Alemania la idea de que los pacientes debían ser cuidados dentro de las comunidades a que pertenecían sin aislarlos y olvidarlos en asilos lejanos. Si bien había conciencia del rol que jugaban en las enfermedades mentales los factores psicosociales, se prevenía respecto al error de minimizar la etiología somática que las originaban.
La Psiquiatría, que en ese momento se practicaba sólo en los asilos, debía integrarse en un sistema de cuidado general de la salud. Los asilos debían estar situados en las ciudades y proveer cuidados a los pacientes agudos durante un tiempo corto cuando la enfermedad se exacerbaba y podía llevar al paciente a cometer acciones lesivas contra sí o terceros. Al estar situadas en las ciudades, los parientes debían estar cerca para brindar apoyo familiar y poder luego reintegrar al paciente a su entorno familiar y el trabajo se constituía en una de las herramientas de rehabilitación que más positivos resultados alcanzaron a largo plazo y sin embargo, hasta ahora ha sido a menospreciada por nosotros. Tanto así que el trabajo debería constituirse en piedra angular entre el hospital y la comunidad en relación con lo que rehabilitación de pacientes con discapacidad psíquica se refiere y sin embargo lo que habitualmente vemos es que los pacientes no tienen expectativas de trabajar lo que agregado a que en general son vulnerables a los efectos de las pérdidas de estructura y a la dificultad para iniciar y mantener actividades recreativas, termina en general incrementando la severidad de los síntomas. De este modo el trabajo puede constituirse en la oportunidad para funcionar en roles sociales estructurados aún cuando es claro que las oportunidades reales son escasas. La enfermedad puede ser tanto la causa como el resultado del desempleo en estos pacientes.
Estudios han demostrado el impacto negativo del desempleo en la salud mental asociada con pobreza, viviendas de mala calidad y relegación de la participación social. Del mismo modo las discapacidades debido al largo tiempo sin trabajo pueden preceder así como seguir a los trastornos psiquiátricos crónicos formando parte del complejo cuadro de indigencia social. Sin embargo a pesar de todos los esfuerzos y del rol central del trabajo una persona de alta de un hospital tiene muchas más posibilidades de volver a él que volver al trabajo. La opinión negativa frente al discapacitado psíquico así como la actitud de algunos profesionales de la salud juega en contra en relación de la posibilidad de trabajo en estos pacientes sin embargo la experiencia indica que en general presentan menos problemas y tienen buenas observaciones de parte de sus jefes. Las leyes en contra de la discriminación al emplearse no siempre resulta efectiva así como también y en forma paradójica los servicios de bienestar social del Estado muchas veces constituyen un impedimento para que el paciente acceda al trabajo por cuanto los beneficios son retirados si el paciente trabaja.
El Trabajo bajo componentes de apoyo integral logra mejorar la conducta así como disminuye el aislamiento social y mejora la adecuación en la conducta social.
Entre las necesidades para un trabajo de rehabilitación se requiere un equipo multidisciplinario y dedicado, facilitación central para el asesoramiento, planificación e implementación de intervenciones y preparación de un adecuado ambiente de trabajo. Una red coordinada para la oferta de empleos y oportunidades de trabajo abierto en ambiente protegido, así como los sistemas de soporte para los trabajadores, empleadores, grupo de trabajo y las familias. Algunos ejemplos de estos son las unidades de Hospital Diurno y de taller, el empleo abierto, el empleo protegido, la preparación para el trabajo, cadenas de coordinación de rehabilitación en el trabajo y red de soportes que permitan la mantención de la rehabilitación.
A veces solo falta el empeño, la innovación y la buena voluntad de los que se atreven.